La mañana del 21 amaneció nevando, nos levantamos, desayunamos y permanecimos en la vivienda. Luego de almorzar salimos a reunirnos nuevamente en la cabaña donde estaban nuestras amigas. Por la noche tuve que regresar a la capital por razones familiares.
Fueron dos días geniales e inolvidables, de muchas risas y anecdotas que compartiremos con mis amigas durante mucho tiempo.Espero que el año próximo vuelva a repetirse.
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